“Rodea el Congreso. Rescata la democracia” Con esos lemas está convocada para este martes 25 de septiembre (#25S) una acción de protesta, declaradamente pacífica y noviolenta, que pretende rodear físicamente el congreso (sin impedir su funcionamiento, lo cual podría ser considerado delito) para pedir un cambio político ante lo que se considera un abandono de las necesidades de las personas por parte del gobierno y la gran mayoría de las y los parlamentarios.
El debate sobre la necesidad de un nuevo marco político y de convivencia (un nuevo “proceso constituyente”, “un nuevo modelo basado en la soberanía popular participativa”) ha atravesado este proceso nacido en el verano (y madurado mediante la participación de numerosos colectivos sociales), junto a alusiones a esa segunda transición (o esa primera “ruptura”, para algunos), que se citaba al principio del 15M.
La raíz de esta acción está en la convicción de amplios sectores sociales de que quienes nos gobiernan, y quienes nos han gobernado, no trabajan para atender las necesidades de la población a quien dicen representar; sino que, al contrario, han entregado la soberanía a los poderes financieros y económicos con los que están estrechamente vinculados.
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El desmantelamiento de los servicios públicos y los derechos sociales para mejorar los réditos de los mercados y salvar a las entidades financieras convirtiendo progresivamente su deuda privada (más del 40% de la deuda española) en deuda pública -que, si no lo impedimos, pagaremos entre tod@s con hospitales, escuelas y condiciones de vida- ha hecho consolidarse esta convicción entre la ciudadanía. La ruptura del contrato social que marcaba la constitución de 1978, desde el lado del poder económico, también explica que, desde la población, haya una sensación de engaño, acompañada con una reclamación de otra nueva realidad.
La reforma de la constitución de agosto de 2011 (impulsada, sin
ningún debate social,
por los grandes partidos y apoyado por algunos pequeños) para imponer un límite al déficit y obligarnos a asegurar que pagamos la deuda financiera antes que cualquier otra cosa (sin tener en cuenta las necesidades sociales por muy graves, básicas o imprescindibles que
sean) ha fijado la idea de que esas mayorías políticas no sirven a las personas, ni tienen como
objetivo mejorar las condiciones de vida de éstas.
El miedo -político- a esta acción, amparada por el derecho a manifestación, ha llevado al Gobierno a excederse en su celo controlador y represivo (usando a la policía para sus intereses -políticos-), con el fin de intentar criminalizar la disidencia y de atemorizar a las y los posibles participantes. Estas actuaciones han sido duramente criticadas por jueces y fiscales, (1) y han llevado a la delegada del gobierno en Madrid a embarazosas y contraditorias situaciones. La protesta, que se enmarca en la desobediencia civil pacífica (una practica política que tiene nombres ilustres en la historia, como Ghandi o Martín Luther King,…), ha recogido, sin embargo, crecientes apoyos ciudadanos y de movimientos sociales.
Imagen de una reciente manifestación en Madrid (LicenciaCC) |
La Coordinadora 25S y la Plataforma En Pie, junto a numerosos grupos sociales y colectivos indignados, han fundido sus propuestas en un proceso participativo y abierto hasta llegar a la acción que proponen para el martes 25. Sea como sea el resultado final (de esta iniciativa que tiene sus riesgos) en esta manifestación participan personas impulsadas por la convicción de que se comprometen, por todas y todos, buscando un cambio de ciclo que devuelva a la población su protagonismo y los bienes, recursos y derechos que le están siendo quitados en beneficio de otros, y abra un tiempo nuevo. El 25S está planteado como un inicio, por sus promotores, no como una acción final.
Democracia 4.0
Una de las propuestas de algunos de los colectivos participantes ha sido presentar este 25S en el registro del parlamento la solicitud individual de la campaña Democracia 4.0, que demanda que todas las personas que así lo pidan, tengan acceso al voto en las decisiones parlamentarias, en el porcentaje que les corresponda, por medios telemáticos. El porcentaje de demandantes en relación a la población implicaría que no se cubriesen el número de escaños correspondiente en las cortes, para posibilitar esta participación directa de la población. Sin embargo el gobierno, alterando “el normal funcionamiento del congreso”, ya anunciado que el 25S impedirá usar el registro de esa institución.
Más enlaces:
“La democracia está secuestrada. El 25S vamos a rescatarla”.
Manifiesto de la Coordinadora 25S
Informe sobre
aspectos legales del 25S. (Comisión Legal de Acampada Sol)
De cómo ir al 25S y
cuidarnos colectivamente
Interesante informe
sobre el 25S de la asamblea de Análisis de acampada Sol. Evolución, etc.
http://analisismadrid.wordpress.com/2012/09/19/informe-sobre-el-25s-comision-de-analisis-sol-15m/?preview=true&preview_id=1637&preview_nonce=51e5cd91a6
Análisis de El Diario.es
http://www.eldiario.es/politica/25-S-previa-preguntas-espejo_0_50745043.html
Análisis de El Diario.es
http://www.eldiario.es/politica/25-S-previa-preguntas-espejo_0_50745043.html
Algunas de las muchas reflexiones sobre esta protesta: Razones que se esgrimen para el 25S. http://madrid.tomalaplaza.net/2012/09/22/el-25-de-septiembre-yo-rodeo-el-congreso-porque/
Cartel de la convocatoria con las distintas citas que se celebran a lo largo de la jornada |
Otras movilizaciones similares en torno a diversas instituciones políticas tendrán también lugar en este día en ciudades como Sevilla, Pamplona o Zaragoza.
¡Democracia real!
¡Democracia real, ya! parece pedir esta movilización. Numerosas asambleas del 15M se han ido incorporando a ella poco a poco profundizando en su carácter pacífico, abierto, democrático y plural. Otros grupos del movimiento- invitan a informarse sobre ella y estudiar la participación porque “está en la línea de lo que defendemos (DRY). Mientras algunas asambleas (Ágora Sol, por ejemplo) no lo han visto claro y no respaldan la iniciativa. El hecho de considerar a las instituciones políticas como un actor secundario dependiente (voluntariamente o no) del poder financiero ha sido uno de los argumentos usados para pedir una acción distinta. De cualquier forma el movimiento 15M ha desarrollado un intenso e interesante debate acerca de esta propuesta.
“Un alegato contra la indiferencia, y a favor de la insurrección pacífica” se subtitulaba el libro Indignaos, de Stéphane Hessel, considerado, con acierto o no, uno de los puntos de arranque de los movimientos indignados. Una insurrección pacífica parece querer ser la propuesta del 25S (quizá con Islandia como referente lejano).
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