martes, 7 de junio de 2011

Hechos y lenguaje

En facebook pudimos leer que un internatura escribía: "a partir de ahora para decir a alguien que es muy bestia diremos: eres más bruto que un mosso desalojando plaza Cataluña".

Cuando nos pregunten "¿qué tal?", esa fórmula social mecánica que la respondemos con "bien", o "bien por aquí", podemos responder "indignado o indignada y tú"?

El lenguaje es nuestro, luchemos por él. "No somos mercanía en manos de políticos ni de banqueros". "No somos antisistema".

Lakatos, un filósofo de la ciencia, analizando cómo funcionan las teorías científicas, comenta que toda teoría tiene un núcleo donde se componen las ideas centrales de una teoría. Esta teoría se compone de un armazón que lo rodea llamado "cinturón protector" y lo componen una serie de hipótesis que protegen el núcleo de ataques teóricos que puedan derrumbar esa teoría. El núcleo es fijo, en cambio ese cinturón puede mutar, modificarse y adaptarse a las circunstancias sin que el núcleo cambie. Socialmente, a mi ver, tenemos una serie de prejuicios que hemos ido añadiendo a nuestro conocimiento, y según ellos creemos conocer lo que la realidad es. La realidad es un simple acuerdo, las cosas son lo que son debido a que consensuamos ese "son", una silla es llamada "silla", todos entendemos qué es una silla y para qué sirve. De una manera compleja, el núcleo viene a ser todo el sistema de valores por el que nos movemos y nos hace creer cómo es la realidad. Tenemos una serie de prejuicios o mentiras, falsas creencias, mitos, miedos, un cinturón protector en definitiva que permite que el núcleo siga siendo el núcleo. La sensibilidad trasgede o se salta los prejuicios porque el sufrimiento no está compuesto por razonamientos, en cambio, los razonamientos chocan con ese cinturón protector que automáticamente articula una defensa, que en definitiva defiende el núcleo. Una capacidad crítica, una capacidad continua para el asombro (¿alguien sigue sabiendo lo que es hoy en día? ¿para qué sirve la curiosidad?) La mítica frase "la curiosidad mató al gato" no es más que una barrera que nos imponen para no pasar un límite. Tenemos que romper ese cinturón protector para poder cambiar el núcleo que es un conjunto de creencias que sostienen nuestro sistema de valores en crisis.

Capacidad crítica, autoreflexión, lectura de los clásicos, desaprender lo aprendido por la oficilidad del Estado (hay que discernir entre lo qué nos potencia y lo que nos inutiliza, por ello hay que seleccionar no desechar todo). Marginación de los medios de comunicación televisivos. Éstos inculcan ideas puesto que los informativos más que informar cumpler la función de adiestrar.

Continuemos aumentando espacios reflexivos para comunicarnos los unos con los otros, compartir ideas, compartir vivencias. Ayudémonos los unos a los otros a romper ese cinturón protector.

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