Islandia recurre a la ‘inteligencia colectiva’ para redactar su nueva constitución
Dicen que el hombre es el animal que siempre tropieza con la misma piedra. Puede que se refieran el hombre alemán, inglés, saudí, español… porque el islandés, esta vez, no se quiere dar de nuevo con los dientes en el suelo. La crisis económica pinchó en un segundo el globo de bienestar en el que había vivido el país durante los últimos años. Las mentiras que habían inflado la bola quedaron al descubierto cuando todo se convirtió en un trozo de plástico roto. Los islandeses llevaron a sus banqueros a los tribunales, se negaron a pagar los fraudes que habían hecho los financieros a sus espaldas y decidieron levantar un nuevo sistema que no volviese a dejar huecos para abusos de poder.
La constitución islandesa se está escribiendo de nuevo. Y esta vez no lo harán los parlamentarios exclusivamente. Lo hará toda la población mediante crowdsourcing. El contenido del nuevo ‘libro de estilo’ de Islandia está abierto a debate público. Cada una de las 320.000 personas que habitan la isla puede hacer sugerencias y comentar el borrador a través de Internet y las redes sociales.
El consejo creado para la redacción de la nueva constitución publica, semanalmente, borradores de cada una de las cláusulas en su website, desde que comenzó el proyecto, el pasado mes de abril, según informa The Guardian. Los ciudadanos pueden comentar cada cláusula en el site del consejo o pueden unirse al debate en su página de Facebook.
La conversación está también en Twitter. En la web Stjörnlagaráò se retransmiten las sesiones en directo. En su canal de YouTube se publican a menudo entrevistas con los 25 miembros de este consejo y en su página deFlickr se van añadiendo fotos que muestran el desarrollo del proyecto.
El documento final (previsto para finales de julio) se someterá a referéndum. Los islandeses votarán un escrito elaborado del resultado de este debate público y en el que el Parlamento no podrá tocar un punto.
Un miembro de este consejo y profesor de economía de la Universidad de Islandia, Thorvaldur Gylfason, dijo a The Guardian que está muy gratamente sorprendido por el nivel de participación de los islandeses. “Ha habido muy buena voluntad respecto a lo que estamos intentando hacer. El público ha añadido muchas ideas al debate. Sus comentarios nos han ayudado bastante y están teniendo efectos muy positivos en el resultado”.
El borrador incluye normas de control y exige responsabilidades a los parlamentarios para evitar que se repita una crisis como la actual.
La nueva constitución reemplazará a la que se aprobó en 1944, después de la declaración de independencia de Dinamarca.
Bravo, Islandia.
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