domingo, 4 de agosto de 2013

15 entidades sociales de Huesca impulsan una moción contra la penalización de la solidaridad con personas inmigrantes propuesta por el Gobierno


Alouda y Equo, junto a Cáritas, Ecologistas en Acción, Asamblea 15M de Huesca, Asociación de Mujeres Árabes y Africanas, Juventud Obrera Cristiana Huesca, Asociación de Rumanxs “Fraternidad”, Plataforma Sanidad Universal de Huesca, Asociación Enbat, Colectivo de Mujeres Feministas, Acción Católica, Comunidades Cristianas Populares Huesca y la Asociación de Vecinos María Auxiliadora han impulsado en Huesca una moción contra la penalización de actitudes solidarias con personas inmigrantes sin reconocimiento legal en España (“sin papeles”) propuesta por el ministro Alberto Ruiz Galllardón.

Esta moción argumenta lo siguiente la alarma generada “entre la población en situación irregular, así como en las personas y entidades sociales que mantienen cualquier vínculo con ellas, tras conocer que el Anteproyecto de reforma del Código Penal presentado por el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, propone una nueva redacción del artículo 318.bis en la que se confunden, pudiendo inducir a error o a interpretaciones muy preocupantes, comportamientos delictivos como el trafico de personas con actuaciones como el apoyo y la ayuda a personas inmigrantes en situación irregular fundamentada en razones humanitarias, solidarias o éticas”.

La argumentación recuerda cómo la mayoría de los medios de comunicación se han hecho eco de la noticia con titulares como “Ayudar a inmigrantes irregulares podría ser penado con la cárcel”, pues se recoge en el texto legal propuesto desde el gobierno -en el artículo 318 bis- una pena de multa de tres a doce meses o prisión de seis meses a dos años a quien ayude a transitar a un extranjero. La normativa  también prevé penas similares para las personas que, con ánimo de lucro, ayuden a los inmigrantes irregulares a “permanecer” en territorio comunitario.

También señala que la incertidumbre que esto ha producido en la sociedad, ha llegado a provocar que la ciudadanía piense que “pueden ser penados quienes, por ejemplo, alquilen una habitación o dispensen un menú a las personas extranjeras en situación administrativa irregular”. En este sentido el artículo, se limita a señalar que “el Ministerio Fiscal podrá (sic) abstenerse de acusar por este delito cuando el objetivo perseguido sea únicamente prestar ayuda humanitaria". Es decir, no da garantías de ello Por los motivos anteriormente expuestos, el Consejo General del Poder Judicial en su informe preceptivo, pidió una mayor precisión en esta nueva regulación propuesta.



La argumentación de la propuesta resalta que “en el caso de aprobarse esta reforma en los términos planteados”, se vendrían abajo los esfuerzos realizados en pro de la convivencia entre personas de distintos orígenes en el ámbito local e, incluso, “algunas de las acciones y actividades”  desarrolladas “por los Servicios Sociales y otras áreas del Ayuntamiento podrían ser constitutivas de delito, como por ejemplo, el facilitar el tránsito de una persona en situación irregular desde a otra  ciudad española para acudir al encuentro de sus familiares”.

La campaña insiste en que “cualquier reforma del Código Penal debería seguir el principio jurídico de intervención mínima, lo que supone que solo las conductas realmente graves y que atenten contra bienes jurídicos fundamentales deben de ser objeto de protección penal, por lo que el texto debería ser despojado de cualquier y/o ambigüedad que penalice la solidaridad con las personas más desfavorecidas”.

Por todo lo expuesto se plantea que la corporación municipal manifieste su rechazo “ante cualquier medida que suponga un obstáculo a la solidaridad con las personas inmigrantes” y que remita este acuerdo al Gobierno, instándole a “que el delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contemplado en el articulo 318.bis del Anteproyecto de reforma del Código Penal, castigue exclusivamente las conductas relacionadas con el tráfico ilícito de personas, excluyendo expresamente del mismo aquellas actuaciones motivadas por razones de ayuda humanitaria y solidaria”.

También exige el compromiso del ayuntamiento de trabajar en la promoción de convivencia en el municipio, “con independencia de cuál sea el origen, la nacionalidad o la situación administrativa” de las personas que viven en él.

Estas propuestas impulsadas por entidades ciudadanas en todoel país han sido finalmente recogidas en julio, en Huesca, aunque como “declaración institucional” (y no como acuerdo de pleno). Anteriormente las han recogido Graus, Sabiñánigo, o localidades con mucha inmigración como la zaragozana Ricla, … además de las Cortes de Aragón. Y junto a ellas decenas de entidades yorganismos de otras comunidades autónomas.

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