jueves, 24 de marzo de 2016

Primer día de #voluntariasPireo en el marco de la campaña #refugeeswelcome

 #WelcomeRefugees

Atenas sigue su ritmo ajena al motivo de nuestro viaje. Una de las cosas que más sorprende es la aparente normalidad de la ciudad y de su puerto, el Pireo al que siguen llegando ferrys repletos de turistas. Sin embargo, en los muelles E1, E2 y E3 malviven 3000 personas en condiciones infrahumanas. 



Familias enteras, incluyendo bebes y ancianos, procedentes de Siria, Afganistan, Irak e Iran se enfrentan a una vida de incertidumbres en el puerto. La vida allí es extremadamente dura: sin agua corriente, con letrinas insuficientes e insalubres, y durmiendo en pequeñas tiendas de campaña sobre el asfalto o en viejas dependencias portuarias abandonadas. 

No es difícil ponerse en la piel de una persona que lleva meses en tránsito por diferentes países habiéndose jugado la vida en el mar, sin posibilidad de ducharse sin ropa para cambiarse. Vimos gente que llevaba un solo zapato y una chaqueta atada al otro pie, un niño que tenía que andar para atrás para no tropezar con los trozos que le quedaban de las suelas, niños muy pequeños deambulando descalzos sobre el asfalto. En el puerto lo único que reciben es algo de ropa donada y la ayuda solidaria de unos pocos grupos de voluntarios organizados, sin ningún apoyo institucional. La falta de infraestructura es tal que la comida se reparte bajo la lluvia y la ropa se amontona en contenedores metálicos.

A pesar de ello la gente mantiene la calma y un civismo del que ningún gobierno está a la altura. 
 


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