#WellcomeRefugees
Cada mañana las
voluntarias de Atenas que llevan trabajando aquí desde el primer momento
convocan una asamblea en la que se informa del funcionamiento y los
protocolos de cada grupo de trabajo en el puerto. Estos son cocina,
higiene, ropa, información y traducción.
La
labor de estas personas es de gran valor e inmensa dificultad dado que
el flujo de voluntarias es irregular e impredecible. A esto hay que
añadir la falta de información oficial respecto a la situación presente y
futura de este campamento y de las personas refugiadas en él.
Pese a ello el trabajo continua y finalmente es eficaz.
Días
atrás desde el puerto de El Pireo salían autobuses hacia la frontera
con Macedonia llenos de refugiadas que esperaban continuar su viaje
hacia el norte de Europa. Al cerrarse las fronteras estos autobuses
siguen llegando al puerto pero muy pocas personas los cogen al no estar
claro a donde se dirigen. Podemos suponer que su destino son los centros
de detención oficiales creados tras el acuerdo de la UE con Turquía.
Las
refugiadas, aparentemente pasivas ante su incierta situación, está
mañana se manifestaban en el puerto exigiendole a Europa la apertura de
sus fronteras. Derecho este que debería ser innegable y reconocido por
cualquier institución democrática que respete los derechos humanos.
Esta
acción reivindicativa, que aún siendo muy importante por el hecho de
empoderar a estas personas, debería ir acompañada de un reflejo y apoyo
en la sociedad que elevara y acompañara su legitima protesta hasta las
autoridades que están decidiendo y poniendo en juego sus vidas y su
futuro.
La
solidaridad ciudadana sigue siendo fundamental. Las donaciones de
comida, ropa, calzado etc. son imprescindibles para cubrir las
necesidades básicas diarias en estas condiciones. No obstante, al menos
en este campamento, los recursos recibidos parecen sobrepasar lo
necesario. Les podríamos dar comida y ropa durante meses pero desde
Europa se les seguiría tratando como mercancia, negándoles sus derechos y
privándoles de libertad.
Viendo
que nuestros gobiernos no son capaces ni están dispuestos a asumir la
responsabilidad que nos corresponde como europeas, qué podemos hacer?
Desde
aquí creemos que el apoyo a las refugiadas debe continuar al mismo
tiempo que se genere un amplio movimiento ciudadano a favor del
cumplimiento del derecho internacional que garantice el asilo de todas
las refugiadas.
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