[Con Firma]
Antisistema son ellos:
Bases constitucionales para la protesta del 15M. [3ª Parte]
(10 puntos de aviso sobre la ruptura del contrato social y del pacto constitucional)
Por Francisco Palacios Romeo, Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Zaragoza. (Escrito para la memoria, en junio de 2011)
(Este texto es continuación de la serie que inicia la entrada de este enlace)
5. Rebelión a favor de un Estado interventor, fiscalizador y director, que ejerza de garante real de nuestra soberanía respecto al sistema económico-financiero (art. 128 C. E.).
Ellos han sido quienes han desmantelado todo el sector público que cobijaba la soberanía real:
a) Sectores rentables y estratégicos (telefonía, energía petroquímica, energía eléctrica, gas, agua…).
b) Sectores estratégicos y económicamente de efecto multiplicador (siderometalurgia, minería, automotriz, comunicaciones…).
c) Espacios financieros de autonomía táctica (banca industrial, agraria, comercial, hipotecaria…, bancos centrales estatales).
Todo lo han privatizado, ahora hasta las loterías y los montes de piedad en sendos decretazos psocialistas. Lo hacían para descargar a los Estados, porque los Estados -decían- no podían sobrellevar todo ese peso intervencionista. Mienten una vez más. Han mentido obscenamente porque, paradójicamente, en lugar de restar los pasivos de los Estados los han multiplicado como nunca en toda la historia de la existencia del Estado.
El colmo de las paradojas han sido unas prácticas neoliberales que desmantelan los Estados y, sin embargo, los dejan exangües y semi-derruidos. El colmo ha sido cómo se liquidaban o prejubilaban miles de trabajadores de empresas públicas estratégicas mientras se incrementaba exponencialmente el número de empleados de empresas públicas clientelistas, de entes externalizadores de funciones administrativas, de redes estructurales de intelectualidad orgánica, todas ellas conformadoras de conglomerados económicos improductivos, cuando no de chiringuitos de difícil adscripción a caballo entre grandes exposiciones universales y fastos de obscena autocomplacencia. La empresa pública estratégica desaparecía y los servicios públicos se degradaban mientras se subvencionaba cualquier ocurrencia empresarial de sectas y camarillas. El resultado ha sido un Estado vacío pero orondo, sediento pero embriagado y narcotizado por un gasto psicotrópico y una deuda delictiva, socialmente hablando.
Todo un sistema que ha generado impunemente multimillonarias deudas públicas y de déficit leoninos que pagar a los conglomerados financiero-rentistas, y que finalmente será abonada, directa o indirectamente, por la mayoría de ciudadanos. Y decimos bien, una mayoría, una multitud, porque hay otra minoría que precisamente ha incorporado esa deuda brutal al activo de sus propios patrimonios. El dinero no se evapora sino que, en gran medida, se transforma por vía de canales financieros o por drenadores radicales como los del sistema inmobiliario-hipotecario.
La deuda de unos son las ganancias y las plusvalías de otros. Se ha producido la transferencia de capital y plusvalía más obscena que ha contemplado la historia contemporánea desde tiempos de la desamortización que Madoz hizo de bienes comunales y municipales. Correlativamente se está intensificando un proceso de proletarización y depauperación al estilo de cómo se desarrollarían en esa misma época de exasperación liberal. La capitalización forajida, la expropiación de las plusvalías, ha acabado en manos de una plutocracia que ahora ahoga a la Multitud.
6. Rebelión a favor de una mayor participación y control del Estado por parte de la sociedad civil-popular a través de canales más directos.
Ésta es una reivindicación que podría parecer ajena a un texto constitucional a causa del despectivo ejercicio de la participación que ha ejercido la partitocracia, con más de dos siglos de ingeniería jurídica sin articular un solo mecanismo participativo. ¿Falta de creatividad jurídica? No, no sería por falta de creatividad jurídica porque, mientras tanto, los códigos de comercio incorporaban cientos de figuras para el mejor manejo de la irresponsabilidad societaria mercantil. Mientras tanto, decenas de normas trabajaban para establecer mil vericuetos con los que hacer más opacos los flujos de capital financiero. Mientras tanto, centenares de normas privilegiaban fiscalmente a grandes concentraciones de capital.
También, mientras tanto, los textos constitucionales seguían albergando la tópica y nobiliario-excluyente teoría de Montesquieu en torno a tres funciones del Estado secuestradas desde los canales partitocráticos; e incluso afincadas en los ámbitos nobiliarios, como ocurrió en todas las monarquías europeas en pleno siglo XX, y como ocurriría en el caso de Inglaterra hasta incluso entrado el siglo XXI. De esa manera, la palabra participación se manejaba en las constituciones como un adorno floral, un ritual litúrgico, ajeno a la lógica de la mínima eficacia por la cual se quebranta el principio democrático sagrado por el que una Constitución es una norma y además una norma donde todas las palabras deben tener un contenido a desarrollar y no a evitar o incluso a quebrantar.
La Constitución de 1978 preceptúa textualmente “el derecho de participar en los asuntos públicos directamente” (art. 23) e insta al Estado a “facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social” desde el mismísimo Preámbulo del texto (art. 9). Lo dicta en relación a organismos públicos y e incluso habla de promover eficazmente formas de participación en las empresas.
Establecer mecánicas participativas no es fácil ni debe ser precipitado, requiere una pedagogía que se ha burlado. Requiere una cultura que se ha proscrito y requiere de unos mecanismos que se han hurtado. Requiere tiempo y una concepción democrática real. Un listado básico más concreto, manejado en los foros 15M, sería:
a) Operatividad real de la consulta e iniciativa popular tanto en cuanto a iniciativa legislativa como a sistemas múltiples de referendos.
b) Presupuestos participativos, como fórmula de poder debatir cuál es el sistema de prioridades sociales en el gasto, si el ciudadano quiere o no quiere endeudarse, cómo y con quién. Fórmulas de control del despilfarro, la ostentación y las políticas de lógica clientelista.
c) Consejos o Asambleas Ciudadanas, como forma de democratizar la toma de decisiones en un proceso que iría incrementando su carácter vinculante, y donde su composición se encuadraría bajo técnica de implicado, gremial o insaculatoria, dependiendo de la temática a deliberar y decidir.
d) Estímulo de la cultura de la e-Democracia (Internet, intranet, foros y sistemas de comunicación telemáticos) como fórmula fundamental de participación y, a futuro, de toma de decisiones.
En estos tiempos de la demolición participativa -e incluso negociadora- en el mundo laboral es bueno reseñar que la Constitución (sí, nuestra Constitución de 1978) no sólo habla de participación política sino que habla de promover eficazmente formas de participación en las empresas: “los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa” (art. 129) e incluso preceptúa la obligación del Estado de facilitar la participación de los trabajadores en la propiedad de las propias empresas (sic): “facilitar el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción” (art. 128). Artículo este último que, sin duda, amenizará con risotadas, burlas y chistes clasistas muchos saraos de la antigua burguesía-de-toda-la-vida y de esa nueva burguesía inmobiliario-partitocrática de Dom Pérignon. Artículos constitucionales ahora mismo rayanos en el sarcasmo y la burla social más cruel.
Artículos frustrados y burlados que nos hablan bien a las claras en dónde quedan los contenidos constitucionales… Artículos que cobran mayor dramatismo cuando, ahora mismo, -por decreto ley psocialista- se están destruyendo las bases de la mismísima negociación colectiva abriendo casi todas las posibilidades de desmarque del capital respecto a obligaciones empresariales e introduciendo toda una estructura de cosificación del trabajador.
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(Los artículos de la serie [Con Firma], realizados por especialistas, responden a la opinión de su autor o autora. Este texto recoge la harla ofrecida por Antonio palacios en la 'Universidad de la plaza' del movimiento 15-M de Huesca,en la plaza de Navarra, a finales de junio de 2011)
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