miércoles, 8 de febrero de 2012

"500.000 familias pueden perder la vivienda en los próximos años" (Los deshaucios y el problema de la vivienda, otra herencia de 2011, para un joven 2012)

Durante los nueve primeros meses de 2011 se registraron 42.8479 deshaucios en España, según datos del Consejo General del Poder Judicial que citan diversos medios en pasadas semanas (fuente). Más de 500.000 familias habrán perdido su vivienda por problemas hipotecarios entre 2012 y 2015, si nos atenemos a las conclusiones de un estudio de la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas (fuentes). Este trabajo, basado en una muestra de 4.000 familias, asegura también que 135.000 unidades familiares están sufriendo un proceso de ejecución hipotecaria actualmente, y otras 150.000 se han quedado sin su vivienda, entre 2008 y 2011, y están sometidas a deudas que les impiden construir un futuro. En torno a 200 desahucios anuales en la provincia de Huesca, entre viviendas y locales (muchos de ellos de pequeños negocios y autónomos), calcula la asociación de consumidores Red Rai.

Es evidente que estamos hablando de un problema de amplio alcance social, que condiciona gravemente la vida de muchas personas, que ven como se incumple el acceso al derecho a disponer de una vivienda que citan textos como la Constitución o la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Se trata también de una consecuencia de la escandalosa especulación que se ha realizado en España en los últimos años, con el suelo edificable y con la vivienda. Grandes constructores, empresarios inmobiliarios, bancos y cajas se han enriquecido con este juego, mientras contribuían a meternos en la crisis y endeudaban al país. Ahora, mientras regalamos el dinero público a los bancos, quienes se han aprovechado antes sin escrúpulos de la situación (inflando e inflando -de egoísmo- la “burbuja inmobiliaria”) no están ante un juez. Al contrario,  son personas que sólo querían un sitio donde vivir las que están pasando por los juzgados (que no por la Justicia) para ver como se quedan con sus casas y se aprovechan de su esfuerzo de años, en un lucrativo negocio: el de deshauciar y quedarse con inmuebles por debajo de su valor.

La vivienda, es un derecho básico que, como la enseñanza o la sanidad, no debiera regirse por las reglas del mercado. Con esa idea, y ante tanta injusticia, ha crecido con fuerza en 2011 el movimiento “anti-desahucios”. Centenares  de intervenciones se han realizado en ese año. Muchas otras verá 2012, junto a la lucha por el reconocimiento de la dación en pago, que ha de permitir que la entrega de la vivienda acabe con la deuda y no deban las personas afectadas seguir  pagando una casa que ya no tienen.

En Aragón existe la coordinadora Stop Desahucios, que colabora con la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH). Y la asamblea del 15M de Huesca acaba de poner en marcha su comisión de vivienda, que abordará estos asuntos.
Cartel Stop Deshaucios Zaragoza


 
En primera persona.
El primer desahucio detenido en Aragón.
Cerramos esta entrada con esta crónica, para la historia, y en primera persona, del primer deshaucio detenido en Aragón mediante la interrupción de la ejecución. Lo cuentan, para este blog, personas que participaron en ese proceso. En otros casos posteriores -el ultimo el pasado enero-  las entidades bancarias han supendido la ejecución por miedo a la repercusión mediática, abriendo un diálogo que, a su vez, abre una esperanza.

 El pasado 19 de julio de 2011, unas 150 personas nos concentrábamos a las 8.30 horas en el número 34 de la calle Altaír, en Valdefierro, uno de los arrabales más extremos de Zaragoza. A tal hora, esa pequeña masa de personas destacaba en las estrechas calles de este barrio de parcelas remozadas a partir de sus primeras chabolas en los 60, con delimitación irregular y muchos de cuyos techos son fruto del amparo nocturno y los turnos de trabajo entre los propios vecinos. En ese tiempo se daba por cierto que una construcción que al amanecer tenía su tejado ya no podía ser derribada sin autorización del juez y, de este modo, según cuentan los primeros pobladores nació este núcleo periférico, como "una tarántula en un plato de nata" que decía D. Hamett en alguna de sus novelas.


Se constituyó, pues, el piquete contra el desahucio y pese a estar en la segunda quincena de julio tuvimos que soportar el fuerte cierzo de aquellos altozanos robados a la estepa y que a muchos pilló desprevenidos, sin más abrigo que la camiseta de verano. El grito que nos había convocado traía los ecos de los carteles, pancartas y galletas, y las citas organizadas según los protocolos ya elaborados por este emergente movimiento en otras ciudades. Se conformó con la respuesta disciplinada de los momentos de urgencia: gentes de asambleas y plataformas de barrio, un paisanaje de entidades diversas, de asociaciones y colectivos varios, algunos viejos militantes de la izquierda clásica junto a jóvenes que lo mismo portan aparatos para la transmisión en directo --de manejo imposible para sus padres-- que dan las pertinentes explicaciones para la buena organización y comportamiento ante cualquier eventualidad: y todos bajo la marca de Stop Desahucios Zaragoza.

Allí, charla que te charla y algún pequeño sobresalto por falsa alarma o las patrullas de la policía local, aguantamos hasta las 15 horas esperando la llegada del secretario judicial. Antes, a eso de las 13.30 aproximadamente, por medio de una llamada del gabinete de prensa de la Audiencia Provincial a miembros de la prensa allí destacados, nos enteramos de que los procuradores de Caja Vital renunciaban a llevar a cabo el desahucio ese día. Bien, al menos se abría una nueva posibilidad de negociación de la hipoteca.

Ahora, habrá de complementarse un trabajo de mediación e información sobre las condiciones en que la entidad prestadora quiere dejar a la afectada, sobre el valor inicial de la casa, el total de la deuda y del derecho a seguir en el piso con un alquiler aceptable u otra solución que mínimamente sea aceptable. No que se use esta desgracia para hacer un doble negocio.

El banco, en este caso Caja Vital, debe saber que vamos a proseguir con las denuncias sobre estos abusos, sobre los límites éticos que a nuestro juicio debe tener cualquier negocio, su negocio y, también, sobre sus responsabilidades en esta situación de emergencia y empobrecimiento de la ciudadanía.

Es una victoria diminuta y parcial. Y sabemos de sobra que contra el orden de la usura quizá mañana nos esperen los antidisturbios, pero mayor turbación e infortunio provoca que lo consintamos callados.


(Miembros de asambleas de barrio, 15M Zaragoza. julio de 2011)

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